Por eso aún no podemos lanzar las campanas al vuelo. Si hay algo que frena la difusión de la RA es, precisamente, el hardware. Porque, aunque hasta ahora se han utilizado dispositivos móviles, para mejorar la experiencia se necesita un dispositivo que dé la opción al usuario de tener las manos libres, de poderlas utilizar normalmente mientras disfrutamos de la RA.
Ya hubo algún intento, como las Google Glass, que no terminó de establecerse en el mercado masivo (sobre todo por problemas de manejabilidad y batería), pero la innovación no se ha detenido por eso. Son muchas las empresas las que han continuado investigando y desarrollando en este campo, y en los próximos meses veremos, sin duda, algunas de las novedades más esperadas en este sentido. Ya hay prototipos de gafas y cascos cada vez más ligeros, no intrusivos, ¡y bonitos!. Y mas aún: lo que veremos (o más bien no veremos) en los próximos 5-10 años, o incluso antes, serán aplicaciones de RA que nos llegarán a través de hardware que ya se está desmaterializando (sí, tomamos como ejemplo las lentillas que se rumorea está desarrollando la compañía Mojo Vision. Y no es el único).